Una noche cerda

Hoy os vengo a traer una propuesta gastronómica distinta, una combinación casi perfecta entre lo gourmet y lo gourmand, acompañado de un ambiente inmejorable en cuanto a comodidad, servicio y decoración; os hablo del restaurante Odoloste (odoloste significa morcilla en euskera).
Este restaurante se encuentra ubicado en una de las más nobles zonas de Bilbao, en el corazón de Abando, concretamente en Alameda Rekalde Nº11; con una decoración sutil con detalles de cerdos como el que cuelga en su entrada que nos da una pista de lo que nos espera al leer su carta.
La carta es de una extensión corta, pero lo que más llama la atención es que todos los platos tienen como elemento en común el cerdo, a pesar de la extensión de la carta, el abanico de platos va desde lo gourmet, para los más exquisitos (recomiendo el tataki de atún ibérico o el roast-pork) a lo mas gourmand, para los más glotones (en este caso la reina de la casa son unas maravillosas costillas de cerdo glaseadas con una salsa bizkaina/barbacoa).
En mi caso me decanté por elegir uno de sus menús degustación, que te permite por un módico precio de 37 euros degustar 5 platos (tres platos a compartir, un principal y un postre) en mi caso comenzamos con unas croquetas de chorizo de Pamplona EXQUISITAS, seguido de unos talotacos de carrillera ibérica SUAVES DE TEXTURA Y POTENTES DE SABOR y terminaron los entrantes con unos ESPECTACULARES mejillones con salsa caracol; mi acompañante se decantó por una merluza sobre veluté de jamón y espárragos y en mi caso por la famosa costilla glaseada, ambos platos definidos de una manera genuina.


Por último y no por ello menos importante nos sorprendieron con un postre arriesgado y a la vez sorprendente que te invita a volver, helado de gintonic, una combinación armoniosa de un helado de gintonic, crumble de galleta inglesa, crema de limón, merengue y ralladura de lima, que te traslada a una terraza con una copa de tu combinado favorito en la mano.

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